Desde que una empresa ya está usando o empleando un activo fijo, resulta muy frecuente que éste, a lo largo de su vida útil, le ocasione a la empresa desembolsos posteriores de dinero por diversos conceptos, ya sea por mejoras, reparaciones o el mantenimiento de los activos fijos. El tratamiento contable de dichos desembolsos dependerá del efecto que tengan éstos sobre el bien en cuestión ya que solo hay dos formas de contabilizarlo; como Inversión (activo fijo) o como Gasto.
